La debilidad es mi peor defecto

Pronto llegaron a la piscina. Todos sus amigos abrieron sus mochilas y echaron sus toallas sobre el mullido césped. En unos segundos, todas sus amigas lucían sus espléndidos cuerpos mientras se tumbaban sobre sus toallas.

- ¡Venga rubia, no tenemos todo el día! ¿Vienes al agua o no?

Con gesto tembloroso, asintió con la cabeza mientras sacaba su toalla. Sentía que todos la miraban. Sentía que todos sus ojos se clavaban sobre su cuerpo, pronunciando una misma palabra "gorda". Necesitaba huir, salir de allí aunque fuera corriendo. Recogió la toalla del suelo, y la volvió a meter en su mochila.

- Vereis chicos, no me encuentro muy bien y...

- ¿Se puede saber que te pasa?

La inconfundible voz de Claudia fue la única que se atrevió a preguntar. Ella era quizás la más engreída. Todo lo que le sobraba de guapa, le faltaba de humilde.

-  ¿Nos vas a decir que te pasa o te vas a ir sin más?

- No es nada, de verdad. Sólo que acabo de tener un pequeño mareo y tengo ganas de irme a casa, nada más.

Todos la miraron algo confundidos, pero rápidamente se despidieron con un suave "mejorate"
...

Nada más llegar a casa, se tumbó sobre su cama y tiró la mochila al suelo con gesto de desprecio. Estaba sola. No había nadie en su casa, lo cuál le encantaba, porque podía relajarse y pensar sin que su madre estorbara.

Vivían ellas dos solas. Su padre había muerto hace unos años, y desde entonces, su madre la agobiaba constantemente con preguntas de todo tipo. Se preocupaba demasiado.

Enseguida cerró los ojos y pensó en lo que había pasado esta tarde. "¡Otra vez no!"

Llevaba todo el año esperando el verano, haciendo una dieta infernal para poder lucir su cuerpo el resto del año. Pero nada de eso había funcionado. Se sentía tan gorda y tan estúpida como siempre. Se levantó llena de ira y fue al baño con los puños apretados. Se tocó la tripa y se miró al espejo. Sólo había comido un yogur desnatado durante la mañana y el reloj ya marcaba las seis de la tarde. Quería darse un atracón, comer y comer hasta explotar. Dejó de mirarse al espejo y salió del baño camino a la cocina casi temblando.
Contó hasta 10. No funcionó.
Siguió contando hasta casi 50, y empezó a beber agua con desesperación.
Justo cuando no podía más, un sonido la distrajo de todos sus pensamientos.

"No te preocupes de las personas de tu pasado, hay una razón por la que no llegan a tu futuro."

Frases que te marcan, que te hacen reflexionar. Historias que intentas dejar a un lado, que quieres olvidar.

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